Cada vez que tenemos que movernos por un largo trayecto, es recomendable inspeccionar nuestro vehículo para asegurar su funcionamiento y preocuparnos solo de cumplir con el objetivo del viaje. ¿Qué aspectos debes considerar antes de ponerte en marcha? ¡Te los explicamos!
Chequea el nivel de aceite
Comprueba la cantidad y calidad de aceite, sobre todo después de las temporadas heladas en las que el circuito se contrae y al circular en tráfico lento el automóvil consume más aceite de lo normal.
Ojo con el anticongelante
El nivel de este líquido también es importante. Para su revisión, no hace falta quitar el tapón, generalmente el depósito tiene un indicador translúcido. Si sospechas de una fuga, lo mejor es un líquido fluorescente color amarillo, resaltará si cae bajo el vehículo.
Líquido limpiaparabrisas
Sin duda, evitarás accidentes al chequear el depósito del limpiaparabrisas y el estado de las plumillas. Nunca sabes cuando puedes recibir una sorpresa que dificulte la visión en tu parabrisas.
Equilibrio en tus neumáticos
Que no tengan abolladuras, perforaciones, ni desgastes, además de confirmar que la presión es adecuada a lo que se indica en la información junto al asiento del conductor. En caso de que no haya equilibrio, notarás ruidos e incluso vibraciones en el volante cuando aumentes la velocidad.
Al día con tus elementos auxiliares
Asegúrate de que portas todo lo obligatorio en buen estado: rueda de repuesto, chaleco reflectante, gata, llave y triángulos de emergencia. ¡Y ojo! No está demás que consideres un botiquín de primeros auxilios.